3 de mayo de 2017

Unidad 2. Tarea de implementación. Establecemos normas


Una vez establecidos los grupos cooperativos con los que trabajaremos en aula, tenemos que ocuparnos de la organización del contexto cooperativo, es decir, deberemos crear un contexto en el que se pueda cooperar. Para ello, tendremos que tomar dos decisiones importantes:
  • Elaborar una normativa que no solo potencie la colaboración sino que también la regule.
  • Establecer los roles o funciones que asumirá cada uno de los miembros del grupo-base con el objetivo favorecer el buen funcionamiento del equipo y promover la interdependencia positiva.
Aquí nos centraremos en el primero de los aspectos mencionados, es decir, en la elaboración de normas que regulen el buen funcionamiento de los equipos. 

A la hora de redactar estas normas, tendremos en cuenta los consejos que nos han facilitado desde el MOOC "Aprendizaje cooperativo":


Pero, además de estas recomendaciones, es preciso tener en cuenta otro aspecto de vital importancia: las normas deben haber sido consensuadas por todo el grupo-clase, de tal manera de que todos los alumnos y alumnas que forman parte del mismo las asuman como propias. Con el objetivo de lograr dicho propósito y legitimar así las normas de clase, es recomendable utilizar la técnica del inventario cooperativo, para lo cual propongo la siguiente actividad: 
  • Se les plantea a los alumnos que realicen en grupo una determinada tarea sin que haya normas de por medio y, a continuación, una vez terminada la actividad, se establece un diálogo con ellos para que comenten qué es lo que ha fallado. El profesor sería el encargado de dirigir este diálogo a través de preguntas que inviten a la reflexión. Dichas preguntas variarán en función de lo que el profesor haya observado en el aula pero, en líneas generales, podría plantear las siguientes cuestiones:
    • ¿El nivel de ruido de la clase ha sido adecuado?
    • ¿Todo el mundo ha participado por igual?
    • ¿Todo el mundo se ha beneficiado de las aportaciones de sus compañeros?
    • ¿Se han respetado las opiniones de los demás?
    • ¿Se han consensuado las respuestas?
  • A continuación, los alumnos se colocarán otra vez en grupos, reflexionarán acerca de lo que no ha funcionado bien y tratarán de establecer normas para que en, la siguiente ocasión, el funcionamiento del grupo sea más adecuado. Finalmente, se comentarán en gran grupo todas las aportaciones y se consensuarán las cuatro o cinco normas que el grupo considere más importantes.
No obstante, este curso académico no tengo alumnos porque estoy trabajando en un centro de formación del profesorado, así que no me ha quedado más remedio que echarle un poco de imaginación al asunto y establecer por mi cuenta y riesgo las normas que seguiríamos en clase:



En cualquier caso, estas normas podrían ser revisadas, modificadas y/o ampliadas en función de las necesidades que se observen en cada momento.

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